Un Juzgado Federal para la Cuenca del Papaloapan: Voces que Buscan Acercar la Justicia Intercultural

La mañana del sábado 29 de noviembre llegó luminosa en la ciudad de Oaxaca, donde se llevó a cabo una reunión clave para la Cuenca del Papaloapan, una región donde el agua y los pueblos originarios conviven desde hace siglos. Hasta ahí llegó la conversación que impulsa hoy a una comunidad jurídica decidida a transformar la manera en que la justicia alcanzará a quienes habitan estas tierras del norte de Oaxaca.

Ese día, representantes de Litigio Estratégico Indígena A.C., junto con representantes de las barras y colegios de abogados de Tuxtepec, se reunieron con la maestra Catalina Ramírez Hernández, integrante del Pleno del Órgano de Administración Judicial del Poder Judicial de la Federación, con el propósito de dialogar sobre la propuesta de instalar el primer Juzgado de Distrito Intercultural en la Cuenca del Papaloapan, un territorio de profunda presencia chinanteca, mazateca y mixe.

En la mesa también participaron Miguel Ángel Vázquez Ortiz y Ernesto López Montero, representantes de los colegios de abogados de la región y promotores de la iniciativa, quienes subrayaron su importancia para garantizar un acceso más digno y cercano a la justicia en la Cuenca. Tras la reunión, expresaron un optimismo que no se había sentido en años: la posibilidad real de que, después de veinte años de gestiones, la ciudad de Tuxtepec cuente por fin con un juzgado federal propio, capaz de amparar a sus habitantes sin obligarlos a viajar cinco horas hasta la capital oaxaqueña para acceder a la justicia.

Al ser entrevistado, Carlos Morales Sánchez, presidente de Litigio Estratégico Indígena A.C., celebró que la visión actual del Poder Judicial de la Federación impulse la desconcentración de la función jurisdiccional y su acercamiento a los pueblos indígenas, como en este caso, donde se propone instalar un juzgado en una zona marcada por la fuerza cultural de sus comunidades originarias.

En la Cuenca, donde los ríos conectan historias y territorios, la posibilidad de un juzgado intercultural no es solo infraestructura: es la promesa de una justicia que, por fin, pueda hablar las lenguas indígenas de quienes la necesitan.